Una de las formas más interesantes de conocer a fondo la isla es recorriéndola a pie. Encontrarás un sinfín de rutas de senderismo en Ibiza, así como grupos que las organizan, por si prefieres compartir la experiencia con otras personas. A continuación, recopilamos algunas de las mejores rutas senderistas de Ibiza.
¡No olvides echar tus zapatillas de deporte en la maleta!
Una ruta de poca dificultad, que resulta realmente espectacular, tanto por el trayecto, como por la vista que podrás contemplar en el punto más alto. Se trata de un recorrido que parte del municipio de Sant Josep y nos lleva hasta el punto más alto de Ibiza, Sa Talaia, a 475 metros de altitud. El camino está muy bien señalizado: sigue las indicaciones y sube hasta la cima.
Esta ruta, de apenas 3 kilómetros, es perfecta para iniciarse en esto del senderismo en Ibiza. En todo momento, tendrás el río de Santa Eulàlia (el único de las Islas Baleares) cerca y mucha naturaleza a tu alrededor. Es un entorno impresionante, que nos invita a relajarnos y centrarnos en el momento presente. Durante el recorrido, descubrirás diversos puntos de interés, como Puig de Missa, el Pont Vell, el Pont Nou, el Centro de Interpretación del Río de Santa Eulària Can Planetes o el Museo de Etnografía de Ibiza.
Esta ruta de senderismo, de 10 kilómetros de longitud, bordea la costa, por lo que podrás visitar las coquetas calas que se encuentran a lo largo del camino y contemplar algunos de los paisajes naturales más impresionantes de la isla.
Esta ruta es apta para senderistas de todos los niveles, ya que, en función del tuyo, podrás alargarla o acortarla. Puedes iniciar el trayecto en el puerto de San Antonio. Desde aquí, accederás a un paseo que bordea la costa con vista al islote Sa Conillera. Pasarás por la zona más popular de Ibiza para sentarte a contemplar la puesta de sol. Luego llegarás hasta Caló des Moro y después pasarás a la Cueva de las Langostas, donde se encuentra el Acuarium de Cap Blanc, para llegar finalmente a cala Gracio y, después, a cala Gracioneta. Si continúas caminando por la costa, llegarás a cala Salada, San Foradada, Cap Nono y, si todavía te quedan fuerzas, hasta la rocosa Punta Galera.
Una de las mejores rutas de senderismo de Ibiza es la de cala Aubarca, una de las playitas más desconocidas y recónditas de la isla. Casi al llegar abajo del todo, suspendido a unos 20 metros sobre el nivel del mar, encontramos una maravilla de la naturaleza: un puente de piedra esculpido por el mar y el viento, que compone una imagen realmente espectacular. Además, puedes completar la ruta con una visita al municipio de San Mateo: un lugar acogedor y repleto de historia.
Descender hasta Ses Balandres, en Santa Agnés, representa, sin lugar a dudas, una de las excursiones más bellas e intensas que pueden realizarse en la costa norte de Ibiza. El camino, sin embargo, es difícil, ya que hay que descender por un acantilado vertiginoso, en el que los pescadores han instalado escaleras de madera, barandillas y cuerdas para facilitar la bajada. Prestando atención, no resulta peligroso pero sí cansando.
Entre la playa de Ses Salines y la playa des Codolar se halla una inmensa montaña con un acantilado que da al mar. La cima de esta montaña es conocida como Cap des Falcó, un precioso mirador con un camino difícil, ya que hay que subir fuertes pendientes hasta alcanzar los 136m de altura. Esta zona es de importante valor ecológico ya que es un ecosistema perfecto para el anidamiento de diversas aves como el halcón real y forma parte también del Parque Natural de ses Salines.
Cuenta la leyenda que en el más alto de los cuatro escollos que sobresalen frente a la orilla de Es Niu de S’Àguila, un ave rapaz puso un nido, dándole nombre a la cala. De aquella águila pescadora ya no queda rastro, pero sí aguarda una playita tranquila y apacible, con unos fondos de color turquesa increíbles, más propios de una costa de arena que de piedras. Ello se debe al color tiza de los cantos rodados que aguardan en la orilla, tanto dentro como fuera del agua.
El Puig des Jondal y su extremo, sa Punta des Jondal, forman parte del Parque Natural de ses Salines, aunque a menudo se ignore que el territorio protegido por tal figura llega tan lejos. De hecho, es su límite más occidental. Y si su condición de espacio protegido resulta ser un dato con frecuencia olvidado, también lo es que en ese lugar se conservan aún restos de uno de los pocos yacimientos prehistóricos descubiertos en Eivissa y Formentera. El elemento mejor conservado es un muro defensivo del que quedan menos de 300 metros de perímetro y que extiende una línea de piedras paralela a la costa, al corte del acantilado, a unos 30 metros de altura. Fue descubierto en los años 80. Junto a él, hay vestigios de estructuras ovaladas cuya función se desconoce y en la zona se recogió diverso material, restos de cerámica que fueron datados en la Edad del Bronce, en el Bronce Antiguo (2.250-1900 años antes de Cristo), una era de la historia pitiusa muy poco conocida y de la que el monumento megalítico de ca na Costa, en Formentera, sigue siendo la principal evidencia. También se hallaron en es Jondal algunos fragmentos de ánfora fenicia de los siglos VII-VI a.C. que se han relacionado con el asentamiento de sa Caleta.El aspecto del muro es claramente, dada su situación, el de una fortificación, una línea defensiva en un promontorio desde el que tener un amplio control visual del horizonte, del mar, desde donde podría llegar el enemigo.
Gracias a la especial ubicación del pueblo de Es Cubells, ubicado al borde de un espectacular acantilado al sur de Sant Josep, esta ruta nos va a regalar unas vistas excepcionales donde contemplar el mar, disfrutar de la naturaleza y descubrir playas donde no existen las aglomeraciones típicas del verano. Aunque es una ruta de dificultad media-alta no debéis preocuparos. Es una ruta tranquila con algunos puntos empinados pero no prolongados.
Recordad ir bien preparados, no olvidéis el calzado deportivo, ropa cómoda y agua.
Es una antigua cantera de marés que el tiempo, los hippies y las leyendas de la zona han convertido en un lugar místico. De ella se extrajo, en el siglo XVI, abundante material para construir parte de las murallas de Dalt Vila, hoy Patrimonio de la Humanidad. Esos trabajos ayudaron a darle la forma que tiene hoy en día, como el espigón de rocas talladas sobre el mar, los escalones y los pliegues sobre los que se filtra el Mediterráneo.
En Atlantis los hippies también levantaron pequeños altares, figuras talladas, y budas o dioses de la cosmogonía hindú pintadas sobre las paredes. Hay quien dice que Atlantis, a los pies de la torre des Savinar, en la zona de influjo de Es Vedrà, tiene una energía especial.El nombre, que hace referencia a la antigua ciudad perdida en el mar, se lo pusieron los hippies que se asentaron en la pequeña que, tiempo atrás, fue utilizada por los canteros los días de lluvia.
Desde 2014, Ibiza tiene posee uno de los monumentos de arte moderno al aire libre más sorprendentes de España. En primer lugar, destacan las dimensiones de las 13 columnas que lo forman, de diferentes alturas, la más alta de ellas de 24 metros.
En segundo lugar, por su ubicación: a pocos metros de la costa y a apenas 50 metros de Cala Llentia una pequeña playa de la costa oeste ibicenca poco conocida aunque, a su pesar, tras la construcción de este monumento la cala recibe un buen puñado de turistas a diario. También sorprende que un monumento de este tamaño se pudiera instalar a principios de 2014 sin avisar a las autoridades, a pesar de las protestas de grupos ecologistas que denuncian que el monumento fue construido sin licencia
Puedes caminar hasta las casetas de los pescadores, más adelant encontrarás el acantilado de Sa Punta de Sa Pedrera, una cantera de donde antiguamente sacaban piedra con una forma tan característica, a partir de aquí se va elevando el nivel del suelo respecto al mar pudiendo llegar hasta el mirador de Port des Torrent y si seguimos un poco más se une con el camino viejo de Cala Bassa.
En las afueras de Sant Antoni, a 1,5 km. del centro, camino de Santa Agnès y junto al parking del restaurante Sa Capella, al pie de una colina, se halla la capilla subterránea de Santa Agnès, considerada por algunos historiadores como la iglesia más antigua de Ibiza.
De todas las calas que encontramos en Ibiza, quizás Sa Figuera Borda sea una de las más atípicas. De hecho, se trata de un lugar poco frecuentado, poco conocido y que en muchos casos ni siquiera es considerada propiamente como una cala.Sa Figuera Borda es un capricho geológico, un monumento natural que el hombre ha sabido aprovechar. En la costa oeste de la isla de Ibiza, a poca distancia de Platges d’en Comte, encontramos un arco de piedra, un ‘agujero’ en la roca que se ha formado con el paso de millones de años.
El hueco ha sido aprovechado por pescadores, que ubicaron justo bajo el arco de piedra sus casetas varadero para guardar barcas de pesca y otros útiles de pesca.
Ubicada en la zona norte de la isla de Ibiza, Na Coloms conocida como Ullal de na Coloms o Avenc de na Coloms, aunque últimamente también se le ha conocido por los submarinistas como La Cueva de la Luz, es uno de los lugares más secretos e inaccesibles de toda la isla de Ibiza. Se trata de una cueva situada a pocos metros del mar e inundada de agua mediante una galería subacuática por la que entra el agua del Mediterráneo. De una forma coloquial, podríamos decir que se trata de una piscina natural en la que el agua se renueva constantemente a través de un gran túnel acuático. El desconocimiento, para muchos, de Na Coloms se debe a que se encuentra en el norte de Ibiza, en un lugar prácticamente inaccesible, tanto por tierra como por mar. Además, no encontraremos ninguna indicación ni señalización para llegar a un lugar al que la naturaleza ha dado una forma tan terriblemente bella como peligrosa.
En Ibiza es una de las maravillas subterráneas menos conocidas de la isla. Situada en la costa suroeste de Ibiza, esta cueva se caracteriza por sus impresionantes formaciones rocosas y su deslumbrante juego de luces y sombras. Desde su descubrimiento en 1935, la Cueva de la Medusa ha cautivado a aventureros y exploradores por igual, atrayendo a aquellos que buscan una experiencia única y fascinante.
Sus estalactitas y estalagmitas, que se han formado a lo largo de miles de años, crean una atmósfera mágica y surrealista. Además, su acceso exclusivo a través de un antiguo túnel submarino le otorga un aire de misterio y exclusividad. Explorar la Cueva de la Medusa es adentrarse en un mundo subterráneo lleno de belleza y encanto, donde la naturaleza ha esculpido una obra de arte digna de admirar.
Es una calita muy aislada, completamente alejada de las rutas que emprenden los turistas de vacaciones en Ibiza. Está precedida por una entrada estrecha de acantilados y rodeada de laderas y un denso pinar. Sólo la frecuentan los pescadores de las dos docenas de casetas varadero que se arremolinan a ambos márgenes de la orilla, así como los viajeros aventureros, dispuestos a caminar para encontrar rincones pintorescos.
Es un faro en desuso y abandonado situado en la costa noreste de la isla de Ibiza. Se encuentra situado a 55 metros sobre el nivel del mar sobre el cabo de Punta Grossa o Cap des Llamp, al final de un camino que únicamente podremos realizar a pie disfrutando de una de las rutas más bonitas de la costa ibicenca. La construcción del faro finalizó en 1870 y poseía una luz fija blanca variada por eclipses cada cuatro minutos.
De esta manera, este faro tenía el ritmo más lento de todo el archipiélago balear.
El faro de Sa Punta des Moscarter, o faro des Moscarter, en el norte de Portinatx, es un faro situado en el norte de Ibiza. Su posición geográfica, su belleza estética y sus colosales dimensiones lo convierten en uno de los faros más especiales de las Islas Pitiusas.El faro, construido entre 1975 y 1977 tiene un aspecto muy singular gracias a su franja helicoidal negra sobre fondo blanco. Debido a su tardía construcción la torre no se sitúa sobre vivienda alguna, puesto que desde el comienzo de la actividad del faro su funcionamiento fue automático.
La mayoría de playas de Ibiza se abarrotan en verano. El buen tiempo invita a bañarse en las aguas templadas del Mediterráneo y la isla presume de un buen montón de calas donde pasar el día. Sin embargo, puede sorprender que joyas como Cala Blanca se encuentren vacías en plena temporada. ¿Cuál es el secreto? Ni más ni menos que su difícil acceso. Esta playa, que se encuentra en el este de la isla – entre Cala Llonga y Santa Eulalia – tiene un acceso tan complicado que muchos ibicencos ni siquiera han oído hablar de ella. Y todo ello a pesar de tener una extensión de más de un centenar de metros.
De todas las torres que hay en Ibiza, la Torre des Savinar, también conocida como Torre del Pirata o Torre des Cap des Jueu, es la más visitada. ¿Por algo será, ¿no? Uno de los motivos de tanta fama es su ubicación, colgada sobre un acantilado en el interior de la Reserva Natural de Cala d’Hort, frente a los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell.La mejor hora para visitar la torre es el atardecer, ver la puesta de sol desde las proximidades de la torre es otro de los motivos para hacer de este lugar uno de los más visitados de Ibiza.La Torre des Savinar, de titularidad privada, es un Bien de Interés Cultural. Como curiosidad, el sobrenombre de Torre del Pirata viene de la novela «Los Muertos Mandan» de Vicente Blasco Ibáñez.
La Torre de ses Portes está ubicada en el punto de la isla de Ibiza más cercano a Formentera, entre la playa de Ses Salines y la playa de Es Cavallet, dentro del Parque Natural de Ses Salines.Desde este lugar hay unas magníficas del Paso de Es Freus, el pequeño estrecho que separa las islas de Ibiza y Formentera.
La Torre d’en Rovira, también llamada Torre de Comte, está situada en extremo sur de la bahía de San Antonio. De hecho, servía de protección al puerto de San Antonio, además de controlar los islotes des Bosc, s’Espartar y Sa Cunillera. Es una de las torres defensivas más importantes de su clase, con mayor volumen que las construidas contemporáneamente en Ibiza.Situada entre dos de las playas más famosas de Ibiza, cala Bassa y cala Comte, se puede llegar andando desde cualquiera de las dos (menos de 2 kilómetros de distancia).
La Torre de Portinatx se alza sobre un acantilado de 45 metros de altura sobre el nivel del mar, en la zona más al norte de Ibiza. La parte de abajo del acantilado, donde se encuentra el arco de Portinatx, es un excelente lugar donde disfrutar las increíbles puesta de sol de Ibiza.
Construida sobre un acantilado a 95 metros sobre el mar, la Torre des Molar, también conocida como Torre de Sant Miquel o de Balanzat, está situada a poco más de 1 kilómetros de Port de Sant Miquel. Es posible acceder al interior de la Torre des Molar y subir a la azotea, desde la que se ven excelentes vistas al mar con una panorámica de Illa des Bosc e Illa Murada.
La Torre d’en Valls o de Campanitx está situada frente a la isla de Tagomago, siendo la torre construida más al este de Ibiza. Está situada en un entorno natural privilegiado formado por bosques de pinos y sabinas. La apariencia actual es fruto de una reconstrucción en los años 80, ya que la torre original fue destruida al explotar su reserva de pólvora. Se puede llegar en coche hasta las cercanías de la torre por un camino de tierra.
La Torre des Carregador, también llamada Torre de Sa Sal Rossa, se encuentra situada en el extremo sur de Platja d’en Bossa, una de las playas más visitadas de Ibiza. Es una de las más antiguas de la isla y fue construida para proteger a los trabajadores de las salinas de los ataques piratas. De mayor tamaño que el resto de torres, tiene una capacidad para dar refugio a entre 150 y 200 personas.
El interior de la Torre des Carregador puede visitarse del 1 de julio al 15 de octubre, de martes a sábado (recomendamos confirmar esta información por posibles cambios).
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